martes, 26 de febrero de 2013


El maquillaje, ¿mata?

A diario millones de mujeres utilizan diversos productos de maquillaje a lo largo del mundo, ya sea para ir a trabajar, por exigencias o simplemente por capricho. Pero, ¿cuántas de ellas se paran a pensar ya leer los componentes de los que están fabricados los productos que se aplican sobre la piel?. 
Gran parte de este problema, y más en la actualidad, lo puede tener la situación de crisis que vivimos. Muchas mujeres, sobre todo jóvenes y con la cuenta del banco que no deja permitirse muchos respiros ni caprichos, optan por comprar productos baratos antes que por la calidad de los mismos. Sinceramente, no creo que nadie se pare a pensar los productos que se aplica en el cuerpo. Muy poca población se preocupa por esos motivos.
Pero es un problema bastante importante porque dependiendo de los productos que nos apliquemos en la piel nuestra calidad de vida y salud pueden verse afectados a corto o  largo plazo durante nuestra vida.
Diversos estudios han demostrado que el maquillaje contiene componentes con disruptores endocrinos. Estas sustancias alteran el sistema hormonal dañando la salud de los individuos expuestos. Pero los daños pueden llegar a pasar a su descendencia. Dichas sustancias dañinas se encuentran en el maquillaje, en la comida e incluso en el agua.
El más destacado de todos es el bisfenol A. Debemos saber, ya que ahora está mejor visto gastarse menos dinero llevándose la comida de casa que comprándola en restaurantes de comida rápida si queremos seguir una dieta más saludable, este compuesto se encuentra en los tuppers que utilizamos para almacenar la comida, o en las botellas que utilizamos en cada día para beber.
Un recipiente muy peculiar y que puede causar graves trastornos al poseer este compuesto perjudicial son los biberones. Cuando esta noticia se supo en 2011 se retiraron del mercado y actualmente se sigue luchando para conseguir que se elimine del resto de objetos que se utilizan a diario. Es lógico que si la sociedad se preocupa de retirar un compuesto dañino para la salud de los bebes, debería preocuparse también por el bienestar y la salud del resto de la población.
Los disruptores endocrinos pueden provocar enfermedades en la descendencia de las personas, así que es posible que aunque los retiremos de los biberones y otros productos si las madres consumen alimentos que han estado en contacto con esta sustancia o se maquillan con productos que la contengan, el feto puede enfermar incluso antes de nacer.
Por estas razones, y para evitar futuras enfermedades como el cáncer, la diabetes, la obesidad, alteraciones metabólicas y del comportamiento o  retrasos en el crecimiento en la población se debe prohibir esta sustancia en alimentos, cosméticos, plásticos, etc.
Deberíamos pensar si no es más inteligente intentar paliar que nuestra descendencia, o nosotros mismos suframos enfermedades que pueden remediarse en cierto modo o si preferimos pagar ese precio y condenar a que quienes aún no han venido al mundo y no lo han elegido ni pedido por pensar que es mejor alabar la belleza.

Susana Prieto Veguillas



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