El
maquillaje, ¿mata?
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Imagen de http://claraviegasmiranda.blogspot.com.es/2011/09/anvisa-oficializa-sua-posicao-e-proibe.html
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A diario
millones de mujeres utilizan diversos productos de maquillaje a lo largo del
mundo, ya sea para ir a trabajar, por exigencias o simplemente por capricho. Pero, ¿cuántas
de ellas se paran a pensar ya leer los componentes de los que están
fabricados los productos que se aplican sobre la piel?.
Gran parte
de este problema, y más en la actualidad, lo puede tener la situación
de crisis que vivimos. Muchas mujeres, sobre todo jóvenes
y con la cuenta del banco que no deja permitirse muchos respiros ni caprichos,
optan por comprar productos baratos antes que por la calidad de los mismos.
Sinceramente, no creo que nadie se pare a pensar los productos que se aplica en
el cuerpo. Muy poca población se
preocupa por esos motivos.
Pero es un
problema bastante importante porque dependiendo de los productos que nos
apliquemos en la piel nuestra calidad de vida y salud pueden verse afectados a
corto o largo plazo durante nuestra
vida.
Diversos
estudios han demostrado que el maquillaje contiene componentes con disruptores
endocrinos. Estas sustancias alteran el sistema hormonal dañando la salud de
los individuos expuestos. Pero los daños pueden llegar a pasar a su
descendencia. Dichas sustancias dañinas se encuentran en el maquillaje, en la
comida e incluso en el agua.
El más
destacado de todos es el bisfenol A. Debemos saber, ya que ahora está mejor
visto gastarse menos dinero llevándose la comida de casa que comprándola en
restaurantes de comida rápida si queremos seguir una dieta más saludable, este
compuesto se encuentra en los tuppers que utilizamos para almacenar la comida,
o en las botellas que utilizamos en cada día para beber.
Un
recipiente muy peculiar y que puede causar graves trastornos al poseer este
compuesto perjudicial son los biberones. Cuando esta noticia se supo en 2011 se
retiraron del mercado y actualmente se sigue luchando para conseguir que se
elimine del resto de objetos que se utilizan a diario. Es lógico que si la
sociedad se preocupa de retirar un compuesto dañino para la salud de los bebes,
debería preocuparse también por el bienestar y la salud del resto de la
población.
Los
disruptores endocrinos pueden provocar enfermedades en la descendencia de las
personas, así que es posible que aunque los retiremos de los biberones y otros
productos si las madres consumen alimentos que han estado en contacto con esta
sustancia o se maquillan con productos que la contengan, el feto puede enfermar
incluso antes de nacer.
Por estas
razones, y para evitar futuras enfermedades como el cáncer, la diabetes, la
obesidad, alteraciones metabólicas y del comportamiento o retrasos en el crecimiento en la población se
debe prohibir esta sustancia en alimentos, cosméticos, plásticos, etc.
Deberíamos
pensar si no es más inteligente intentar paliar que nuestra descendencia, o
nosotros mismos suframos enfermedades que pueden remediarse en cierto modo o si
preferimos pagar ese precio y condenar a que quienes aún no han venido al mundo
y no lo han elegido ni pedido por pensar que es mejor alabar la belleza.
Susana Prieto Veguillas
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